La rabia, como concepto, ha poblado el discurso y el imaginario de sociedades y en épocas muy distintas, tanto en su sentido literal como en lo metafórico, y contamos con un abanico de fuentes históricas que hacen referencia a ella. Su uso solía conllevar unas connotaciones muy explicitas, aunque, durante muchos siglos, estaba envuelta en un halo de misterio y desconocimiento, tanto en lo que concierna sus orígenes como su tratamiento. Esta enfermedad que se transmitía por animales a humanos, haciéndoles «perder el juicio», como se solía decir, despertaba el miedo e incitaba la imaginación, hasta el punto de dar pie a creencias populares sobre su supuesto origen divino (se conoce también como «enfermedad divina» o «sagrada»). A continuación, intentaremos esclarecer ciertos matices de esta enfermedad misteriosa – de la que la gente solía creer que afectaba al juicio de los que la padecían- y también rastrear las distintas formas en las que se ha quedado registrada en el ámbito histórico y social hasta hoy en día.