En 1963 tuvo lugar en Tesalónica un asesinato político que ha marcado el rumbo de la historia en el país heleno y ha conmovido el mundo entero. La noche de 22 de mayo de 1963, mientras salía de un mitin por la paz y el desarme nuclear, el diputado de la “Unión Democrática de Izquierdas”, Grigoris Lambrakis, ha sido víctima de un ataque asesino, efectuado por miembros de una organización paraestatal, que seguían ordenes de la policía.
Detrás de las filas de la policía y de la contramanifestación de paraestatales que agredían a lxs que habían participado en el mitin, apareció de repente un motocarro y a gran velocidad embistió contra Lambrakis y sus dos compañeros que en este instante estaban cruzando la calle. Una persona que se encontraba en el remolque del vehículo, dio un fuerte golpe a Lambrakis en la cabeza con una barra de hierro. El diputado cayó al suelo sangrando. Había sufrido graves lesiones que le causaron la muerte unos días más tarde. El conductor del motocarro era Spyros Gotsamánis, un nacionalista paraestatal, que actuaba bajo las ordenes de la policía griega. Desde entonces en grecia el nombre «Gotsamánis» se emplea para referirse a practicas paraestatales y como sinónimo de matón.