En la mitología griega, Lyssa era la personificación de la ira frenética, la furia (sobre todo en la guerra) y la locura producida por la rabia. Por sus atribuciones, estaba asociada con las Furias, porque a igual que ellas instigaba la locura a los que perseguía. Los Atenienses la llamaban Lytta y para ellos representaba el espíritu de la locura, la manía y los demonios. También se le atribuía la epilepsia, conocida como la «Enfermedad de Hercules» (Morbus Herculeus).
Lyssa se cree hija de Nix (la Noche) y Urano (el Cielo, el Firmamento). Nació de Nix engendrada por la sangre que vertió Urano al ser castrado por Crono, el hijo de este último. Tanto Lyssa, como su madre Nix, eran deidades primordiales, que existieron en los inicios del mundo, por lo tanto, no estaban sometidas a los dictámenes de los dioses olímpicos, cuales les respetaban por temor reverencial.
En la Iliada de Homero (siglo 8 a.C) encontramos con frecuencia vocablos como «furioso» o «rabioso» relacionados con el concepto de la cólera e ira exaltada. La mayoría de las veces estos vocablos hacen alusión a la furia bélica de los guerreros. Por ejemplo, Áyax está tan furioso que se queda enloquecido. En su delirio ataca un rebaño de ovejas y mata a todos los animales confundiéndolos con los líderes griegos que lo tenían enojado. Cuando describe Aquiles en la batalla, Homero, a menudo se refiere a él como «perro rabioso». También dice que la estrella Sirius, la constelación perro de Orión, se asocia con los perros rabiosos y hace enfermar a los guerreros.