EL CONCEPTO

La etimología del vocablo «lyssa» que tanto en griego clásico como en moderno significa «rabia», deriva del verbo «λύω /lyo/» que tiene el significado de desatar, entre muchos otros. En griego clásico encontramos tres posibles significados de la palabra: 1) se utiliza como femenino del vocablo «lobo», 2) se refiere a una enfermedad característica que afecta a los lobos, 3) hace referencia a una deidad de aspecto lobuno que podía transformar los perros a lobos.

De modo metafórico, la palabra «rabia» se ha utilizado como sinónimo de la furia, la cólera descontrolada o la ira desorbitada de alguien que está «fuera de sí» y actúa sin poder pensar de una manera «sensata» y sin preocuparse en las consecuencias de sus actos. Se utiliza más bien para describir el comportamiento de otra persona y no de una misma.

Por vez primera se registra el uso de un vocablo relacionado con el concepto de la rabia que tenga connotación política durante la Revolución Francesa (1789). Los enragés (en español, «rabiosos», «furiosos») fueron un grupo radical de la época, que estuvieron estrechamente relacionados con el movimiento de los sans-culotte. Para ser más precisas quizás deberíamos hablar de Las enragés, puesto que las actrices principales de los hechos fueron mujeres revolucionarias. La convicción principal de las enragés se resumía en que la libertad y el goce del pueblo no se pueden conseguir por proclamaciones constitucionales, sino por el ejercicio de la violencia directa contra los que lo oprimen y lo explotan.